Una Introducción a la Teología LGBTI

Un resumen, Preguntas Frecuentes y Recursos

Traducido por el equipo de traductores voluntarios de Q Christian Fellowship

(Karla Alejandre, Janessa Berlanga, Regan Burridge, Jacob Castañeda, Carmie Cuda, Mercedes de la Sierra, Joshua Hastings, Lorinda Hernandez, Emily Knott, Joseph Parodi Brown, Eva Puerta Lopez, Ximena Rodriguez, Jose Sanchez, Amanda Van Engen)

 

Introducción

Q Christian es una comunidad diversa compuesta por varios trasfondos, culturas, teologías y denominaciones, unida en el amor de Cristo y la convicción de que cada persona es un hijo amado de Dios. Hace más de una década, sus miembros abrieron una conversación crucial centrada en las diferentes perspectivas cristianas respecto a las parejas del mismo sexo. Originalmente planteado como Lado A y Lado B, estas teologías y sus variantes se han ido matizando con el crecimiento de la comunidad LGBTI cristiana. 

Somos una organización afirmativa LGBTI, pero no fue una conclusión banal para los miembros de nuestro equipo y la comunidad. La mayoría pasamos años en terapias de conversión o ministerios ex-gay, pidiendo liberación a Dios, o lidiando incesantemente con los versículos bíblicos que, según pensábamos, condenaban a las personas LGBTI. Damos la bienvenida a quienes están empezando estas conversaciones acerca de la inclusión y afirmación de las personas LGBTI en el cristianismo, y les invitamos a aprender y crecer con nosotros. Sean cuales sean vuestras preguntas, desafíos o miedos, pedimos a Dios que los recursos y las ideas compartidas aquí os acerquen aún más a su amor incondicional – incluido su amor incondicional hacia las personas LGBTI.

 

Preguntas Frecuentes

 

¿Cuáles son las distintas teologías LGBTI?

La teología LGBTI se suele dividir en dos categorías generales: la no afirmativa y la afirmativa.

La teología no afirmativa suele presentarse de dos maneras:

  1. La primera acepta la existencia de identidades LGBTI; sin embargo, mantiene la perspectiva ‘tradicional’ que postula el matrimonio y el sexo como diseñados para un hombre y una mujer. Esta versión exige el celibato para las personas LGBTI, convicción impuesta por personas cishetero.
    Ejemplo: Carlos, el hijo de Elena, acaba de salir del armario. Elena le dice que acepta su identidad, pero que el celibato es la única manera de agradar a Dios como cristiano gay.
    Conoce más sobre la esperanza de Q Christian para padres de hijos LGBTI en nuestra página de preguntas frecuentes.

  2. La segunda considera las identidades LGBTI como aberraciones o trastornos y, por tanto, intrínsecamente ajenas a la aprobación y el beneplácito de Dios. Esta perspectiva apoya implícita o explícitamente los esfuerzos de cambio de orientación sexual y/o identidad o expresión de género (ECOSIEG), y a veces se le conoce como Lado X o la ideología ex-gay. Lado X - o la ideología ex-gay - es perjudicial y está desacreditado por los médicos. Q Christian aborda las consecuencias de esta teología mediante el UNCHANGED Movement.

    Por ejemplo: Carmen convoca una reunión con su pastor, Santiago, para hablar sobre su ansiedad en torno a la conciliación de su fe con su bisexualidad. Santiago le aconseja que asista al nuevo grupo de apoyo de su iglesia para quienes deseen cambiar su orientación sexual. Le asegura que se “liberará” de sus atracciones desviadas.

La teología afirmativa sostiene que las identidades o expresiones de género, la orientación sexual, y las relaciones sexuales entre las personas LGBTI son tan buenas y santas a los ojos de Dios como las de las personas cishetero.

Los proponentes de esta perspectiva invitan a nuestros hermanos y nuestras hermanas LGBTI a participar plenamente en la vida eclesial, incluyendo las bodas, la membresía y el liderazgo. Los miembros de la comunidad LGBTI pueden adoptar distintas versiones de teología afirmativa dependiendo de sus convicciones personales. Existen dos categorías generales, aunque hay quienes se sitúan en diferentes puntos entre una y otra: 

  1. La teología Lado A: Cualquier teología que afirme plenamente las identidades LGBTI, el matrimonio y el sexo entre personas del mismo género, reivindicándolos como buenos y aceptables ante Dios. Asimismo, la teología Lado A reconoce que el celibato es una opción abierta para quienes la escogan libremente y por diversas razones, como por ejemplo quienes se identifican dentro del espectro asexual. Existe un abanico amplio de éticas sexuales entre los representantes de este marco teológico. 
    Ejemplo: Antonio, un sacerdote anglicano, acaba de celebrar su sexto aniversario de boda con su marido Juan.

  2. La teología Lado B: Cualquier teología que afirme las identidades LGBTI, pero a la vez sostenga que los cristianos deben abstenerse del sexo entre personas del mismo género por varias razones personales y/o teológicas. Esto incluye aquellos creyentes LGBTI solteros y célibes, las parejas célibes y los matrimonios de orientación mixta (matrimonios en los que uno de los cónyuges tiene una orientación sexual distincta al otro - por ejemplo, un hombre heterosexual casado con una mujer lesbiana). En la comunidad Q Christian Fellowship, el Lado B representa una perspectiva teológica reservada exclusivamente para las personas LGBTI. Cuando las personas cisheteras imponen el celibato para otras, se define como teología no afirmativa.
    Ejemplo: Después de luchar con la vergüenza internalizada respecto a su orientación sexual, Alicia salió del armario este año. Aceptándose plenamente como quien Dios la creó, abraza el celibato como una expresión de su fe y propias convicciones teológicas.

Encuentra más información sobre las perspectivas teológicas de Q Christian Fellowship en nuestra página de preguntas frecuentes.

 

¿Cómo deberíamos leer la Biblia?

Considera una anécdota:

Un joven llama a la puerta de un gran erudito talmúdico. “Rabí, deseo estudiar el Talmud.” 

“¿Sabes arameo?” 

“No.”

“¿Hebreo? 

“No.” 

“¿Has estudiado alguna vez la Torá?” 

“No, Rabí, pero me licencié con honores en filosofía en Harvard, y recibí un doctorado de Yale. Me gustaría completar mi educación con algo del Talmud.” 

“Dudo que estés preparado para el Talmud. Es un libro de lo más extenso y profundo. Sin embargo, si lo deseas, te haré un examen de lógica, y si lo apruebas te enseñaré el Talmud.” 

“Perfecto. Tengo buenos conocimientos de lógica.”

“Primera pregunta. Dos ladrones bajan por una chimenea. Uno sale con la cara limpia, y el otro con la cara sucia. ¿Cuál de los dos se lava la cara?”

“El ladrón que tiene la cara sucia. Incorrecto. Más bien el que tiene la cara limpia. Examina la lógica. El ladrón con la cara sucia mira al de cara limpia y piensa que la suya también está limpia. El de cara limpia mira al ladrón de cara sucia y piensa que la suya también está sucia. Así que se lava el que tiene la cara limpia. 

“Muy astuto. Siguiente pregunta, por favor.”

“Dos ladrones bajan por una chimenea. Uno sale con la cara limpia, y el otro con la cara sucia. ¿Cuál de los dos se lava?”

“Acabamos de decir que se lava el que tiene la cara limpia.”

“Incorrecto. Ambos se lavan. Examina la lógica. El de la cara sucia cree que tiene la cara limpia. El de la cara limpia cree que tiene la cara sucia, así que se lava. Al verle el otro, se da cuenta de que él también la tiene sucia. Así, ambos se lavan.”

“No había pensado en eso. Por favor, hágame otra pregunta.”

“Dos ladrones bajan por una chimenea. Uno sale con la cara limpia, y el otro con la cara sucia. ¿Cuál de los dos se lava?”

“Bueno, sabemos que ambos se la lavan.”

“Incorrecto. Ninguno se lava. Examina la lógica. El de la cara sucia cree que tiene la cara limpia. El de la cara limpia cree que la tiene sucia. Pero cuando Caralimpia ve que Carasucia no se molesta en lavarse, él tampoco se molesta. Así que ninguno se lava. Como ves, no estás preparado para el Talmud.”

“Rabí, se lo ruego, hágame un examen más.”

“Dos ladrones bajan por una chimenea. Uno sale con la cara limpia, y el otro con la cara sucia. ¿Cuál de los dos se lava?”

“¡Ninguno!”

“Incorrecto. Y tal vez ahora comprendas por qué Harvard y Yale no te pueden preparar para el Talmud. Dime, ¿cómo es posible que dos hombres bajen por la misma chimenea, y uno salga con la cara limpia mientras que el otro sale con la cara sucia? 

“¡Pero si me acaba de dar cuatro respuestas contradictorias a la misma pregunta! ¡Es imposible!”

“No, hijo mío, eso es Talmud.” (Eretz Israel*).

“Para los judíos, la Biblia es un problema que resolver; para los cristianos es un mensaje que proclamar” (cita del destacado erudito bíblico judío, Jon Levenson).

¿Qué nos enseña esta anécdota sobre cómo leer la Biblia?

El Rvdo. Danny Cortez, miembro de la junta de Q Christian Fellowship, comparte el siguiente consejo:

Muchos teólogos mantienen posturas opuestas. Hay otros teólogos/as que construyen contraargumentos a partir de esas posturas opuestas. El tira y afloja puede marear a cualquiera. ¿A quién escogemos creer respecto a la historicidad y el contexto de estos pasajes? ¿Entender la mente de Dios es algo reservado para las personas académicas, o tiene la gente común acceso al Reino? ¿Leemos las Escrituras como un documento legal, o interactuamos con ella de manera relacional?

Déjame hacerte una ilustración: supongamos que eres una persona judía en el tiempo justo antes del ministerio público de Jesús. Un buen día oyes que los líderes de la sinagoga han descubierto a una persona adúltera dentro de la comunidad. Todos conocen aquella ley que proclama: “Si alguien comete adulterio con la mujer de su prójimo, tanto el adúltero como la adúltera serán condenados a muerte” (Levítico 20:10, NVI). Los líderes empiezan a repartir piedras para apedrear a la persona adúltera. Imagínate que esa persona pillada en adulterio fuese tu propio hijo o hija. ¿Lanzarías una piedra? ¿Tomarías parte en el ajusticiamiento de esa persona? En pocas palabras, ¿serías fiel a los mandamientos de las Escrituras o escogerías salvar la vida de tu hijo o hija?

El Evangelio de Juan nos cuenta que Jesús se vio en una situación parecida. Los líderes religiosos le habían traído a una mujer acusada de adulterio. Juan nos dice que era una trampa que habían preparado para ver si interpretaría la ley de forma literal. Pero en lugar de participar en una lapidación, Jesús dijo: “Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.” (Juan 8:7, NVI)

Llegado ese momento, todos se marcharon, y la mujer se salvó. Sin embargo, Jesús - que dice la Escritura que era sin pecado - debería haber lanzado una piedra en obediencia a la ley. Pero escogió no aplicar las Escrituras de manera literal para poder salvar una vida. No había nada en la ley que permitiera el rescate de una persona adúltera. Esta aparente desobediencia de Jesús era lo que creaba animosidad entre él y los líderes religiosos. El punto principal de esta historia y lo escandaloso de ese incidente no fue que Jesús dijera, “Vete, y no vuelvas a pecar”, sino que prescindió de la aplicación literal y tradicional de las Escrituras que defendían los líderes religiosos. 

A menudo recibo críticas por no aplicar las Escrituras de forma literal. Como contestación, suelo señalar a este y otros relatos que demuestran que Jesús tampoco lo hacía. Jesús escogió leer las Escrituras utilizando una hermenéutica de gracia y compasión. La perspectiva que parecía dominar la aplicación de las Escrituras por parte de Jesús era: ¿Hará que prospere la persona? ¿Dará vida? ¿Provocará separación, o unirá a las personas a través del amor? En pocas palabras, esta era la pregunta nuclear de la hermenéutica de Jesús: ¿Produce esta enseñanza buen fruto o mal fruto?

Al caminar con las personas de la comunidad LGBTI, mi discernimiento pastoral me ha convencido de que las enseñanzas tradicionales que han exigido el repudio de estas personas, obligándoles a cambiar su orientación o rechazar su identidad expresada de género, han ocasionado graves daños. Jesús no nos pide analizar el griego ni el hebreo para poder discernir la verdad. Nos pide que examinemos el fruto. Nos pide que prestemos atención a las personas: ¿están prosperando o siendo perjudicadas? Esa es la base de cómo discernir entre la verdad y el error, porque el propósito de las Escrituras es administrar amor y gracia.

La Prueba Teológica de los Apóstoles

Había por lo menos dos rasgos fundamentales de identidad para un varón judío fiel. El primero era guardar el sábado, y el segundo era la circuncisión. Jesús reimaginó una visión de guardar el sábado que permitía una comprensión poco convencional del mismo. Sanó en el sábado y permitió que sus discípulos arrancasen espigas de trigo. Incluso dijo: “El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado” (Marcos 2:27, DHH). Lo que quería decir era que el sábado jamás debería constituir una carga para nadie. Si las personas están siendo perjudicadas por tu comprensión del sábado, entonces da prioridad a las personas. Deja que trabajen o que saquen a su animal de la zanja, a pesar de lo que dice el cuarto mandamiento: “No harás en él trabajo alguno” (Éxodo 20:10, NBLA). Los discípulos observaban constantemente la aplicación que hacía Jesús de las Escrituras. Lo que no sabían era que pronto estarían a prueba.

Me he preguntado muchas veces por qué Jesús nunca habló de la circuncisión en los Evangelios, ya que creo que él sabía que este sería el obstáculo teológico más grande que afrontarían sus discípulos. Pero ahora veo que era intencionado. La vida y el ministerio de Jesús enseñaron a los discípulos cómo leer las Escrituras y aplicarlas de modo que, en lugar de excluir, ofrecieran vida al mayor número posible de personas. Así que a pesar de conocer lo que dice Génesis acerca de la circuncisión como señal eterna del pacto entre Dios y el pueblo de Israel, los discípulos decidieron eliminar el requisito de la circuncisión. Manifestaron que no debía existir un tropiezo para quienes escogen la fe en Cristo.

La eliminación de la circuncisión física fue un cambio teológico sin precedentes que conmocionó a la comunidad judeocristiana. Los discípulos fueron acusados de no defender la autoridad de las Escrituras. Sin embargo, lo que hicieron era simplemente una extensión de lo que Jesús les había enseñado acerca de defender el espíritu de la ley. Al descubrir el espíritu de gracia y amor, tanto la ley como la fidelidad de Dios serían defendidas. 

De modo que los dos rasgos identificadores principales del pueblo de Dios - guardar el sábado y la circuncisión física - fueron reimaginados para salvar vidas e incluir a quienes estaban excluidos. Esa reforma de la comprensión conservadora del sábado y la circuncisión - y más cuando las Escrituras todavía estaban en proceso de formación - fue un tema mucho más grave que nuestro debate contemporáneo respecto a la orientación y la identidad de género. Pero los principios que aplicamos hoy son los mismos. ¿Cómo podemos leer y aplicar las Escrituras como lo hizo Jesús? Porque no se trata tanto de qué dicen las Escrituras, sino de cómo las aplicó.

Históricamente, las iglesias han creado obstáculos para la comunidad LGBTI con sus interpretaciones de las Escrituras - interpretaciones que han provocado exclusión y daño. La misma clase de críticas que los tradicionalistas de su día le lanzaron a Pedro por su supuesto desacato a las Escrituras en cuanto a la exclusión de los gentiles incircuncisos está siendo reutilizada en contra de las personas LGBTI y los aliados que buscan su inclusión en la iglesia. 

Jesús y los discípulos pusieron en marcha algo que la iglesia ha de continuar: una hermenéutica que practica la compasión orientada hacia la inclusión. Esta es la naturaleza radical del Evangelio, que se orienta hacia la inclusión de quienes antes estaban fuera y eran considerados como intrínsecamente defectuosos.

En el curso de su historia, la iglesia no ha debatido todas y cada una de las doctrinas fundamentales de su infancia. La iglesia primitiva lidió con varias herejías y pudo desarrollar una cristología más sólida. Se enfrentó a la cuestión del modalismo y la doctrina de la Trinidad. Sin embargo, también surgieron preguntas acerca de la esclavitud y los matrimonios interraciales. La presión de las personas marginalizadas y esclavizadas obligaron a los teólogos a discutir detenidamente lo que las Escrituras pudieran comunicar respecto al matrimonio interracial y la esclavitud. Esta polémica surgió en respuesta a quienes estaban encontrando voz en la iglesia por primera vez. Hasta hace poco, la iglesia universal no había cuestionado seriamente sus creencias tradicionales respecto a la inclusión de creyentes LGBTI, pero, gracias a que cada día más personas LGBTI y sus aliados/as están alzando más la voz, se ha dado lugar a que se explore mejor este tema.

Uno de los problemas que arrastra cada generación es la convicción de ser la generación que por fin ha entendido el consejo completo de las Escrituras y que no necesita reevaluar sus creencias. Pero nuestra historia teológica demuestra que esto es falso. Siempre debemos tener una disposición de aprender y permitir que nuestras presuposiciones sean cuestionadas. La iglesia siempre ha de estar abierta a la reforma.

Helmut Thielicke dijo: “Quienes abordan las exigencias del presente y traducen el mensaje siempre estarán rayando la herejía. Sin embargo, son los mismos que reciben la promesa de que solamente quienes arriesgan acercarse a declarar una herejía pueden alcanzar la verdad.”

 

¿Qué dice la Biblia acerca de las personas LGBTI?

Las conversaciones sobre lo que dice la Biblia acerca de las personas LGBTI pueden ser polémicas. Debido a la naturaleza densa de este contenido, es recomendable estudiar los recursos adicionales enumerados bajo “¿Cómo puedo aprender más sobre los pasajes bíblicos utilizados en contra de la inclusión LGBTI y la teología LGBTI?” Considera este resumen introductorio a estos pasajes, compartido por Rvdo. Danny Cortez, miembro de la junta de Q Christian Fellowship:

Génesis 1

Génesis 1 - igual que otros pasajes que hacen referencia a este capítulo - este pasaje se suele utilizar como argumento en contra de las identidades no binarias y transgénero. Se suele decir que, puesto que Dios creó un hombre y una mujer, no puede haber más categorías de género. Sin embargo, como bien dijo Kathy Baldock: «Dios creó varón, hembra e intersexo». A través de la ciencia y la creación vemos que existe variedad biológica de género. La biología no es tan binaria como se nos ha dado a entender, y las Escrituras mencionan a los eunucos, personas que no encajaban en lo binario.

También vemos en la historia de la creación que, aunque Dios creó el día y la noche, no significa que no exista ninguna otra categoría. El amanecer y el atardecer son expresiones creacionales que no encajan perfectamente en las categorías de día y noche. Entonces, cuando Génesis nos dice que Dios creó al hombre y la mujer, no se infiere necesariamente una limitación binaria. En nuestro mundo, hay personas cuyas identidades de género no son binarias - son fluidas, o transgénero, u otras expresiones multifacéticas de Dios dentro de la creación.

Génesis 2

Génesis 2 cuenta la historia del matrimonio de Adán y Eva. Sin embargo, no se utiliza la palabra “matrimonio”. En lugar de eso se utiliza “una sola carne” para describir su alianza. “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24). La referencia al matrimonio como “una sola carne” se repite dos veces en el Nuevo Testamento. Primero cuando Jesús condena el divorcio (Mateo 19:4-6), y después en Efesios, donde Pablo habla sobre el matrimonio: “Porque somos miembros de su cuerpo. ‘Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.’ Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia” (Efesios 5:30-32).

En Efesios, Pablo amplía la definición del matrimonio. Utiliza el lenguaje de matrimonio, la unión de “una sola carne”, para describir el matrimonio entre Cristo y la Iglesia. Aquí, Pablo ya no limita el matrimonio a algo que ocurre entre un hombre y una mujer, sino a algo que ocurre entre Cristo y la Iglesia. Descubrimos que el matrimonio no radica en el género, sino en la alianza. Por lo tanto, la diferencia de género no es un requisito para el matrimonio.

Génesis 19 (cf. 18:20)

Las Escrituras presentan una condena consistente de la inmoralidad sexual, la cual frecuentemente se define como abuso sexual (1 Tesalonicenses 4:6). Está mal aprovecharse sexualmente de alguien. En la historia de Génesis 19, los hombres de Sodoma quisieron violar a los invitados de Lot. El pecado descrito en Génesis 19 fue el intento de violación en grupo. Desafortunadamente, muchas veces se utiliza esta historia como un pretexto en contra de las relaciones entre personas del mismo sexo, a pesar de que no existe una condena de la sexualidad consensual en Génesis 19.

Además, Ezequiel nos cuenta que el pecado de Sodoma se trataba de la inhospitalidad. “Tu hermana Sodoma y sus pueblos fueron culpables de arrogancia, glotonería, apatía e indiferencia hacia el pobre y el necesitado. Se llenaron de arrogancia e hicieron cosas terribles delante de mí. Es por eso que las destruí, como ya lo has visto” (Ezequiel 16:49-50, PDT). Judas 7 sí dice que había inmoralidad sexual y perversión en Sodoma, pero la inmoralidad y la perversión radicaban en el abuso sexual y no en las relaciones consensuales entre personas del mismo sexo.

Levítico 18:22 (20:13) y Deuteronomio 23:17-18

El libro de Levítico habla de un interesante sistema legal ajeno a nosotros. Allí se nos dice que las imperfecciones físicas nos descalifican para adorar a Dios. Si tienes una discapacidad física, dermatitis, o los testículos magullados, se te prohíbe entrar en un edificio religioso. Hay muchas cosas calificadas como abominaciones: ropa hecha de telas mixtas, la carne de cerdo, y el coito con una mujer que está menstruando. Hay una larga lista de cosas clasificadas como impuras que ya no consideramos como prohibidas.

Como observó Mary Douglas en su libro Pureza y peligro: Un análisis de los conceptos de contaminación y tabú, cuando vemos tierra en el jardín, no la llamamos “sucia”. Sin embargo, si la tenemos en la ropa, la vemos sucia. Su explicación de la cuestión de la pureza en Levítico es que está relacionada con mantener las distinciones. La sangre en sí no era un problema; se convertía en uno si el cuerpo sangraba, porque la sangre debe ser contenida por el cuerpo. La prohibición de comer camarones y langostas existía porque estas criaturas marinas tienen patas, confundiendo lo que en aquel entonces se consideraba como la distinción entre animales terrestres y marinos. Cualquier cosa que rompía con las distintas categorías mencionadas en el relato de la creación era problemática, y este es el argumento que yace tras el pasaje que dice: “No te acostarás con un hombre como quien se acuesta con una mujer” (Levítico 18:22, NVI). El concepto de la santidad estaba ligado a las distinciones y el hacer separaciones correctas. Existían dos categorías: lo contaminante y lo susceptible a contaminación. Esas categorías fueron establecidas para mantener el orden, la pureza y la santidad. 

Sin embargo, Jesús introdujo una ética neocreacional que subvirtió el ideal de la pureza levítica. Tocó a personas con enfermedades dermatológicas. Sembró el caos sanando en el sábado y permitiendo que sus discípulos recogiesen espigas de trigo en el sábado también. Y por si esto fuera poco, Dios le dijo a Pedro: “Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro” (Hechos 11:9, NVI). Las categorías basadas en una visión binaria de la creación fueron eliminadas. La pureza ya no se definía reflejando los binarios de la creación, sino derribando muros de hostilidad. Todos los días, ya no solamente el sábado, son santos. No hay ni judío ni gentil - todas las personas son escogidas. La cortina que separaba el Lugar Santísimo del resto de los espacios ha sido rasgada: ahora todos son sagrados. Y ya no estamos limitados por una ética de separación, sino por mandamientos basados en el amor. En Cristo, la diversidad no binaria embellece a todas las personas y refleja mejor la imagen de Dios.

Romanos 1

Antes de poder entender Romanos 1, es necesario concienciarse de temas culturales más profundos. Romanos 1 requiere una discusión más larga de la que cabe aquí. Pero con el fin de simplificar las cosas lo más posible, en Romanos 1 Pablo está intentando hablar a los creyentes gentiles sobre la justicia de Dios. Y dado que Pablo no puede utilizar la ley judía de una manera significativa para los gentiles, hace referencia al pensamiento griego. 

La filosofía del estoicismo, especialmente el ideal de estar en armonía con la naturaleza y el ideal del dominio propio, está entretejida en todo el capítulo. Pablo subraya la importancia de mantener la disciplina y de evitar los excesos sexuales, y utiliza el pensamiento griego para abordar el tipo de exceso llamada lujuria. Los cristianos gentiles habrían entendido que condenara la indulgencia excesiva, contraria al ideal de la armonía. Sin embargo, lo que no vemos es la condena de las relaciones amorosas y disciplinadas entre dos personas del mismo género. 

Además, cuando Pablo utiliza la palabra “natural” en el contexto del sexo, su intención es indicar la intimidad sexual destinada a la procreación. Por eso, cuando el pasaje dice: “En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza” (Romanos 1:26 NVI), la iglesia primitiva entendió esto como cualquier acto sexual que no llevara a la procreación, como por ejemplo la penetración no vaginal. No fue hasta el siglo cuarto que la iglesia empezó a interpretar Romanos 1:26 como una prohibición específica de la intimidad sexual entre mujeres. Entonces lo que vemos en Romanos 1 es una descripción de un comportamiento sexual contrario a lo que se entendía culturalmente como natural, es decir, disciplinado y procreativo. En las Epístolas, la palabra “natural” hace referencia a lo culturalmente normativo, no a una moral universal. Por ejemplo, que un hombre llevase el pelo largo también se destacó como un acto en contra de la naturaleza (1 Corintios 11:14).

Si Romanos 1 no trata de las relaciones entre mujeres, entonces no existe ningún pasaje en las Escrituras que condene la intimidad entre mujeres. Esto tiene sentido porque la mayoría de lo que se entendía como “natural” se basaba en la idea de que el sexo debe conducir a la procreación. Culturalmente, el matrimonio entre ciudadanos romanos se valoraba principalmente como una manera de establecer el estatus de la cabeza de familia y de contribuir a la sociedad mediante la procreación. Un matrimonio aseguraba hijos, es decir, los futuros herederos. Los hombres y las mujeres buscaban el matrimonio no porque se enamoraran o por atracción mutua, sino por estatus social y procreación. A diferencia de hoy en día, los matrimonios romanos no se construían a partir de la atracción romántica, sino más bien para la unión de dos familias en un acuerdo legal. En un matrimonio concertado, el no estar enamorados no constituía una razón válida para oponerse a la unión. Tener hijos se consideraba como una responsabilidad social. Las Escrituras no abordan el tema del matrimonio gay principalmente porque no era un problema cultural de aquel entonces. El matrimonio entre dos personas del mismo género ni siquiera se consideraba porque no era para procreación, ya que tener sentimientos románticos no era razón para casarse. 

El concepto de una orientación sexual personal les era completamente ajeno. En la cultura romana existía un entendimiento arraigado del propósito social del matrimonio que no existe en nuestra cultura. Hoy en día no se valora el casarse o entrar en una relación por razones aparte del amor. La sociedad occidental valora la atracción romántica y la compatibilidad como base para la intimidad. Lo que aborda Romanos 1 es la lujuria y cualquier exceso sexual no orientados al estatus social y la procreación. En otras palabras, Romanos 1 no habla sobre el amor entre personas del mismo sexo, sino del mal uso del sexo y la violación de las normas familiares culturales.

I Corintios 6:9 y I Timoteo 1:10

Antes de 1946, no existía ni una Biblia que contenía la palabra “homosexual”. Las palabras griegas que fueron erróneamente traducidas como “homosexual” han sido históricamente traducidas como “sodomitas”, “los que se echan con varones”, “los que se acuestan con hombres”, y “pervertidos”. Antes de 1946, malakoi se traducía como “blando” o “afeminado”. Los/as teólogos/as admiten que arsenokoitai y malakoi son palabras muy difíciles de traducir. Desafortunadamente, la versión en inglés New Revised Standard Version de 1946 introdujo la palabra “homosexual” a las Biblias, y muchas otras traducciones optaron por seguir su ejemplo. Pero las traducciones que decidieron usar la palabra “homosexual” están equivocadas. La palabra original griega arsenokoitai denota explotación. No trataba de la homosexualidad como tal, sino del abuso y la explotación que ocurren en situaciones de desequilibrio de poder. Para ahondar en la historia de esta mala traducción, véase el artículo de Kathy Baldock.

Más Allá del Entendimiento

Los teólogos llevan años debatiendo estos pasajes. Se pueden encontrar literalmente cientos de debates relacionados con estos versículos en internet. Existe un contraargumento para cada argumento que he presentado. También existe un contraargumento para ese contraargumento, y así hasta el infinito. ¿En qué teóloga o teólogo podemos confiar? ¿Cómo sabemos quién tiene razón?

Lo interesante para mí es la oración de Jesús: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños” (Mateo 11:25 NVI). ¿Viste? Las cosas del reino a menudo están escondidas de las personas sabias e instruidas. Aún así, nuestras tradiciones dan mucho peso a quienes pueden analizar el griego y explicar sistemas de teología. Jesús sabía que las verdades del Reino tenían que ser accesibles para todas las personas, especialmente para aquellas que eran pobres y no tenían acceso a una educación formal. Al margen de las discusiones teológicas, Jesús nos proporcionó una herramienta sencilla de discernimiento cuando dijo: “Mira el fruto”. ¿Trae vida? Si no trae vida y si las personas más afectadas no están recibiendo amor, probablemente significa que nuestra exégesis está equivocada. Después de acabar este capítulo, te invito a que vuelvas a la sección anterior y te preguntes: ¿Cómo puedo leer y aplicar estos versículos de la misma manera que Jesús leyó y aplicó las Escrituras?

 

¿Cómo aprender más sobre los pasajes bíblicos utilizados en contra de la inclusión LGBTI y cómo encontrar información sobre la teología LGBTI?

Las personas buscan un entendimiento más profundo de la teología LGBTQ+ y los pasajes tradicionalmente considerados anti-LGBTQ+.

Si necesitas más información sobre el tema, les recomendamos los recursos siguientes:

En Español:

En Inglés:

 

¿Cómo aprender más sobre lo que significa ser un creyente LGBTI?

Q Christian Fellowship tiene una variedad de recursos para individuos que esperan conciliar su fé con su orientación sexual/identidad de género. 

Recomendamos leer nuestra guía de Espiritualidad y Sexualidad, con esperanza de que se unan las personas a nuestra variedad de grupos de la Comunidad Q; en particular los grupos que tienen que ver al  apoyo e información que brindamos con respecto al salir del armario, por si presentas inseguridades, y sobre todo si quieres saber sobre los próximos pasos en tu camino de fé como una persona cristiana LGBTI.

Si eres una persona trans o de género no conforme, no binario etc., te  recomendamos leer nuestra guía sobre La Identidad Transgénero y la Diversidad de Género y te invitamos a participar en nuestro Grupo de la Comunidad de Trans/Diversidad de Género.

 Q Christian conforma una red grande de personas cristianas LGBTI en internet, tiene Foros “Online” en dónde apoya a la comunidad desde una perspectiva cristiana; cada año realiza una conferencia con programación extensiva hecha por y para personas cristianas LGBTI.

 

Siendo padre cristiano, ¿Quieres aprender más sobre tu hija o hijo, si pertenece a la comunidad LGBTI?

Te recomendamos nuestro Manual Relacional de Padres y Madres de hijos LGBTI. Si tu hijo recientemente ha salido del closet y quieres tener más información acerca del tema, sobre cómo tratarlo y apoyarlo. Te sugerimos unirte al grupo  Comunidad de Padres estacional. Este grupo puede servirte como primer paso, para amar, aceptar y conocer más sobre tu hijo o hija LGBTI. Este grupo trata sobre terminología, teología, y más. Está formado por padres que se encuentran en el mismo camino, y buscan una red de apoyo para entender sus propios pensamientos y sentimientos acerca de la inclusión LGBTI en el cristianismo. Es un grupo seguro, en el cuál puede platicar sobre sus emociones y temas sobre identidades y teología.

No obstante, Q Christian hace también una conferencia, acerca de figuras parentales de personas LGBTI. Es un espacio accesible, que está diseñado para fomentar, conectar, y dar recursos a figuras parentales y familias de jóvenes LGBTI. La conferencia intenta apoyar y unificar familias por amor, sin condiciones. Se sigue buscando como cualquier cristiano a  honrar a Cristo.

 

Siendo pastor o pastora ¿Cómo puedo aprender más sobre los miembros cristianos LGBTI?

Animamos a los pastores y miembros del clero a que lean nuestra Guía relacional para el clero y consideren unirse al grupo para Comunidad del clero para discutir la guía en un espacio comunitario.  

El grupo de la Comunidad del Clero está diseñado específicamente para equipar a los miembros del clero para crear un ambiente más seguro y equitativo para los congregantes LGBTQ+ en el contexto de sus respectivas iglesias. El material cubre hechos como un punto inicial para que el clero profundice más en la teología, ética, y elementos prácticos de la inclusión y afirmación LGBTQ+ en un lugar congregacional.

 

Terminología LGBTI

En este capítulo, vamos a proveer un resumen de los términos y el lenguaje usado por las personas LGBTI para comunicar sus experiencias, identidades, y expresiones de sí mismos. La autora de este capítulo es Amy Hayes, incluida en nuestra Guía Relacional para Aliados.